La curiosidad que ha despertado en las redes sociales la publicación del nuevo logotipo olímpico de Madrid
se ha transformado rápidamente en desconcierto gráfico y, a
continuación, en un motivo de mofa que se ha extendido más allá de las
fronteras de la capital y de España.
Los trazos que definen el logo, una combinación de una M y un 20, son
tan ambiguos que también se asemejan a una cifra, 20.020. Y de esa
confusión ha brotado, como suele ser habitual en las redes, una
corriente de críticas y bromas sobre el margen temporal con el que esta
vez vuelve a aspirar la capital al sueño olímpico. La chanza se ha
extendido a las figuras que evoca la gráfica: una peineta, los dedos
recortados del anterior logotipo y hasta unas chanclas.
El asunto ha estado toda la mañana entre lo más comentado en Twitter.
Y prueba de que no hay unanimidad en la interpretación del diseño es
que los trending topics surgidos de la cuestión son
tantos como las posibles lecturas que ofrece. M20, 2M20, Madrid 2020 o
Madrid 20020 se han alternado entre los asuntos calientes del día para
poner de manifiesto que uno de los objetivos que persigue todo logotipo
(fijar una marca y hacerla perdurable en el recuerdo) no ha terminado de
cuajar en este caso.
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